— Ha llegado el momento de dar inicio a las votaciones para destituirlo y deshonrarlo de forma permanente— declara el anciano Amadeo.

Eduard es el primero en presentarse frente a Declan, a unos diez metros de distancia, y observarlo desde arriba.

— Por décadas…— dice, en medio de un jadeo lleno de decepción,— he estado al servicio de su linaje, del poder honor y sobre todo pasión que representa la sangre que corre por sus venas. Sin embargo, dado que la traición más grande en este lugar es atacar a los propios habitantes, debo considerar el bien mayor.

El cuerpo de Declan se tensa anticipando lo peor.

— Por lo tanto, tú para mí, eres declarado culpable, y por lo tanto debes ser desterrado y deshonrado de tu puesto de alfa y eliminar tu registro como miembro de la manada— declara Eduard, al mismo tiempo que Declan, siente cómo esa forma de un lobo con una cruz detrás de su espalda comienza a sentirse más profunda, como un asador presionado al rojo vivo sobre su piel.

— ¡Aaaghhh!— G