Capítulo 76.
Albert se mantiene caminando con paso decidido y asegurándose de no ser seguido por nadie más.
En medio del bosque hay solo un punto en el que él puede sentirse tranquilo, seguro y en paz el tiempo suficiente como para recargar energía suficiente para mantener siempre su atención en la seguridad de una de las manadas más impresionantes que se conocen.
Pero nadie debe seguirlo y él está seguro que su forma evasiva de caminar evitando dejar rastros funcionaba por completo.
En medio del bosque tupido por vegetación, se encuentra una cabaña sencilla, discreta y camuflada entre el ambiente.
Él mismo se había encargado de cubrir cada una de las maderas con enredaderas y plantas trepadoras para cubrir la gran mayoría de la estructura nadie lo vería, si no lo estaban buscando.
En el instante en que Albert abrió la puerta, una mujer de cabello largo hasta las caderas y ondulado con el rostro fino y demasiado pecho comenzó a caminar hacia él.
— Ya te necesitaba…— dice medio de gemidos.— las