El aire parecía haberse congelado, rodeando a todos los presentes, aunque para Nadir era algo increíblemente cautivador cómo Beca se enfrentaba a la máxima autoridad de la manada, del territorio que estaba pisando.

— Yo te he respetado desde el primer instante que nuestros lobos se conectaron, que el enlace apareció pero en cambio tu…— Ella respira profundo, ya no puede contener esa necesidad de terminar lo que había comenzado— Lo único que haces es verme como una pertenencia, en lugar de cuidarme, amarme, protegerme como lo ordena la Diosa ¿qué demonios te pasa? ¿Necesitas que tome la solución con mis propias manos?—Cuestiona la morena con la respiración agitada.

En medio de tanto grito, en medio de tanta tensión dos guerreros que se encontraban en guardia llegaron corriendo pero en cuanto se encontraron a la Luna de la manada en unas prendas tan íntimas bajaron la vista, no querían recibir la furia de su Alfa.

Nada estaba expuesto, pero la sutil tela que cubría de forma seductora