Capítulo 154.
— Claro que puedo— dice Nadir— porque yo hice todo lo que pude para proteger a mi mujer, pero tú… tú solamente la has envuelto de herida a herida.
En ese momento un rugido lleno de rabia, dolor y desesperación llegó desde la garganta de Declan, quien se aventó en contra de Nadir, golpeándolo.
En ese momento la amistad y lealtad que los había unido de maneras incontables en la lucha simplemente se evaporó de forma inmediata.
El rubio no iba a detenerse y ambos comenzaron una lucha estridente en la que cada golpe dejaba una marca evidente en el cuerpo de quien la recibía.
— ¡Silencio! ¡Suficiente! ¡Dejen de luchar!— grita Nimue, al mismo tiempo que trata de controlarlos, sin embargo al acercarse recibe, por respuesta, un derechazo que se había perdido entre los golpes.
Ella sale catapultada en contra de la pared para impactarse de lleno.
En esa perspectiva, Declan se encuentra sobre el cuerpo tendido en el suelo de Nadir, dando uno golpe tras otro, tras, tras, tras.
— ¡No puedes juzgarm