Odiaba con mi vida que Luciano tuviera la razón, después de comerme todas esas galletas, me fui directo al baño, vomité como 3 caja de galletas! fue horrible! sentí como se me bajo la presión, quedé completamente pálida, y lo peor es que no podía pedirle ayuda a Luciano, por qué el se iba a burlar de mi.
- quieres más galletas? -
Me preguntó el, sentado en el borde de la cama con una enorme sonrisa en los labios.
- por qué puedo traerlas para ti -
Pensar en esas galletas hizo que mi estómago se volviera a revolver, salí corriendo al baño otra vez y volví a vomitar, iba a morir aquí.
- y Luciano es el malo! Luciano nunca tiene la razón -
Me levanté del suelo y cerré la puerta del baño con fuerza, la risa de Luciano se escucha bastante fuerte.
Me tire de nuevo al piso y abrace el retrete, mi estómago ya me dolía de tanto vomitar.
Abrí los ojos como platos y me levanté, me mire al espejo y me levanté un poco la blusa que tenía, me puse de medio lado y mire mi vientre.
- será? -
Le pregun