84. EL REGRESO DE ROBIN
Mi cabeza daba vueltas y mis hormonas, aparentemente, habían decidido que ese era el momento indicado para jugarme una mala pasada. Respiro profundo. Decido que este no era el día para rendirme.
—Joe, pon a Robert al frente de todo contigo ahí, como mi suplente —le ordeno, tratando de mantener la empresa andando.
—¿De veras, Ema? —pregunta emocionado.
—¡Joe, confío en ti y en él! —retomo un poco la calma. Después de todo, no puedo olvidar que soy la CEO y que muchos dependen de mí aunque mi vida personal se desmorone—. Pon un anuncio en la web de la empresa, anunciando que él es el gerente suplente mío. Mándamelo para firmarlo.
—¡Ahora mismo llamo a mi caramelito azucarado! —exclama con grititos—. Gracias, Ema. Y no te asustes, tampoco vayas a dejar a Robin. Él es muy bueno y te ama.
—De acuerdo, Joe. Confío en ti y en que mantengas la empresa funcionando. Cualquier cosa, llámame a cualquier hora —le pido, agradecida de tenerlo como siempre.
Cuelgo el teléfono y vuelvo a s