Mundo ficciónIniciar sesiónY, aunque aún se le nota un poco rígido, la seguridad empieza a irradiar de él a medida que avanza.
—Joe, ven a mi oficina. Necesito hablar contigo —le pido cuando deja el bolso en su escritorio.Tengo que contarle todo. Es mi hermano, conoce todo lo que me hizo sufrir Horacio y los traumas que por mucho tiempo arrastré y arrastro todavía. Entro a mi despacho y suena mi teléfono. Lo tomo.—¿Sí?—Ema, buenos días, es Robert —se escucha nervioso al otro lado.—Hola, Robert. ¿En qué puedo ayudarte? —pregunto extrañada.—¿Está bien Joe? ¡Se fue aterrado esta mañana! —dice ansiosamente—. No puedo concentrarme en el trabajo. Temo que se burlen de él.—Joe está bien, Robert. Bueno, tuvo un momento de nervios, pero sabes cómo es. Siempre logra aferrarse y seguir






