Mundo ficciónIniciar sesiónYa lo arreglamos todo con nuestras amistades. Les dijimos que íbamos a estar ausentes tres días y que no nos llamaran. En una caja, comienzo a echar comida y todo lo que pienso que me va a hacer falta. Hemos decidido revisar toda la casa sin interrupciones. Robin no ha dejado que ponga el televisor.
Al fin, con todo lo que hemos cogido, bajamos a mi casa imaginaria. Robin descubrió que, detrás de la puerta del clóset de las herramientas, existe un botón que la cierra y la abre. Al llegar, colocamos las cosas en la meseta de la amplísima y hermosa cocina. Vamos al salón, pero antes de seguir, Robin me toma de la mano. —Ema, ven, siéntate aquí —me pide muy serio—. No puedo concentrarme si no te cuento todo primero. —Está bien, amor —lo sigo y me siento—. Dime, ¿qué descubriste? Robin se sienta frente






