AMOR OCULTO. 11- ¿ERROR?.
—Ismael, no —Anika me separó de inmediato de su cuerpo, de sus labios, mi mano estaba enredada entre su roja cabellera.
—Lo siento —dije con los ojos muy abiertos y sorprendido por mi actitud—. Tu sabes que no soy así de impulsivo, pero… yo quería repetir ese beso.
—No me interesa lo que quiere, no lo vuelva a hacer.
—Anika, me gusto.
—El beso, no yo. Hay una gran diferencia en eso.
Cerró la puerta delicadamente, porque así era Anika, delicada y sensata, no había rastro de poca inteligencia en esa mujer. Ordene el desayuno a la habitación y llego justo cuando ella salió con la ropa de la noche anterior puesta.
—Pedí desayuno.
—No tengo hambre.
—No comes desde anoche.
—No tengo hambre, Ismael.
—Anika, lo siento. Come y te llevaré a casa.
—No es necesario, vienen por mí.
—¿Quién? ¿Tu padre? —dijo con sarcasmo, recordando lo que había hecho la noche anterior.
—No.
Se sentó frente a mí y tomó un pancake con café, lo comió lentamente sin quitarme la mirada de encima y detall