61. CUANDO EL MUNDO SE DERRUMBA.
ALICE.
Mis ojos no se mueven de la pantalla del celular. Estoy colapsando y mi cuerpo se siente frió. Mi padre está a mi lado y mi madre mantiene a Ismael entre sus brazos.
¿Por qué me estaba pasando todo eso a mi? ¿Por qué mi amor por Stan tenía que ser juzgado, señalado, pero sobre todo dañado?
Escucho el sonido de un celular y me concentro en ese sonido como si nada más existiera. Como si todo lo que estuviese pasando fuese una mentira. Y simplemente dejo mi mente en blanco.
Metí mis pensamientos en el pasado, llevé mi mente a recuerdos felices y alegres, en aquella época en la que Stan y yo éramos unos niños y nos teníamos el uno para el otro, allí en medio de esa inocencia que nos caracterizaba y dónde éramos intocables por el odio y lo que estaba pasando frente a nuestros ojos.
—Hija, debemos ir —mi madre habló en voz baja y me sacudió ligeramente de un hombro.
—¿A dónde? —¿Acaso había un lugar seguro para nosotros al que ir? ¿Un lugar en el que nos pudiéramos refugiar?
—Por