Entro en mi habitación y dejo el bolso sobre la mesa. El cansancio me invade con solo mirar el dormitorio y ver mi cama. Una cama tan grande que cabemos yo, Zeky y Herson. Niego con la cabeza. Ni siquiera responden a mis mensajes, y mucho menos llenan mi cama esta noche. Me reprendo por enésima vez por siquiera importarme que no me hayan escrito. Precisamente por eso nunca quise sentir nada más que deseo por ellos. Todo esto es una pérdida de tiempo. Me pregunto si están bien, quiero llamarlos solo para oír sus voces porque los extraño, anhelo que estén aquí.
Para distraerme, me concentro en mi hambre y me siento en el sofá a mirar el menú. Llamo al servicio de habitaciones para pedirme una ensalada de pollo, y guardo la hamburguesa que mencionó Heather para mi última noche aquí. Algo que esperar con ilusión, porque, claramente, no serán conversaciones ni mensajes de Zeky ni de Herson. Aun así, vuelvo a mirar el móvil y me invade la irritación al ver que mi mensaje, una vez más, es el