Con el dolor de cabeza, también llegó otra especie de recuerdo que la aturdió.
— Mamá. — Vio a la misma pequeña que imaginó hace unos segundos llamarla de esta forma mientras estiraba los brazos ansiosa hacia ella, aunque está vez la niña se veía diferente, parecía estar muy enferma y sintió como su corazón dolía al verla así, pero volver a ver a esta niña desconocida en su mente le empezó a resultar preocupante.
Ya que no tenía sentido imaginar algo así y sentirse de esta manera, por lo que la mente de “Sofia” daba vueltas intentando entender lo que le estaba sucediendo al mismo tiempo que trataba de imaginar o recordar algo más, pero de repente alguien giró la perilla sin poder abrir la puerta ya que tenía seguro, interrumpiendo sus pensamientos.
— Cariño, ¿Qué tanto haces en el baño? Traje comida, date prisa para que no se enfríe. — Dijo Maximilian.
— Ya salgo, dame un minuto. — Musitó “Sofia” antes de mirarse en el espejo, preguntándose porque ella se sentía de esta manera