157. DETECTIVE COLOMBO
Fabrizio enseguida le da las coordenadas de donde se encuentra la casa en la que tienen atrapados a los maleantes. Le informa que está en una de las tantas casas que tiene Rossi por Roma, en el área de Campitelli, más allá del Coliseo.
— ¡Perfecto! Nadie sabe de ella. Pero ahora déjame pensar a cuáles de mis hombres voy a llevar. Porque todavía no sé quién les está dando informaciones.
Unos golpes en la puerta hacen que giren sus cabezas. En ella está Darío con la computadora en la mano.
— Discúlpeme, detective, pero creo que debe ver esto —dice muy serio, mostrando algo en la pantalla—. ¿Recuerda a los hombres que entraron a la casa del señor Gabriel?
— Sí, hijo, tienen esa cosa que les pusiste —se apresura a contestar el detective—. ¿Qué pasó con ellos?
— Pues si se fija, estos dos se mueven un poco extraño.
— ¿Cómo extraño?
— Pues mire, ayer entraron a su oficina. Uno se quedó en la puerta y otro entró, se demoró media hora, justo lo que usted estuvo afuera. Además, si se fija, l