Proyecto Millonario.

Ha pasado ya 4 horas de que Graham se fue a esa reunión con la familia Dustin, esa inversión sería lo mejor que le puede pasar a esta constructora.

—Hola mamá ¿Nos vamos a comer?

—¿Porque estas afuera de la escuela? —Mire mi reloj y son la 1pm, incluso ni el uniforme lleva puesto. —Me entrego una carpeta y salió corriendo. —Nahomy Sofía Robledo regresa aquí ahora. —No lo hizo. Abrí la carpeta y está la autorización de tutela de Sofía.

Mire por la enorme ventana de la oficina de Graham y está en la acera de enfrente junto con Germán y mi hija. Me piden que baje.

Tomé mi bolsa y lo hice.

—Te dejo, ya llego mi regaño. Si luego lo discutimos.

—¿Qué es esto? —Pregunté sería.

—Es la autorización de tutela para poder darle a Sofía una expansión de mi tarjeta de crédito. —Adoro esa noticia, pero a la vez no tanto, la amo porque quiere decir que logro el contrato, pero también quiere decir que debo cumplir mi apuesta. —Por cierto, aquí están los contratos firmados y las facturas del primer pago del nuevo complejo de lujo que haremos en Los Ángeles. —Es verdad, 15.700 millones de dólares a las cuentas de Cooper Corp. a nombre de Ruby Robledo.

—¿Porque está a mi nombre? Tu lograste que firmarán.

—Pero tu conseguiste la cuenta, yo solo le di la pluma para que firmará. —Buen punto. —De hecho, me pregunto porque no estabas en la reunión. Le he dicho que estabas planeado nuestra boda.

—El trato era que.

—Lo lograría solo y lo hice, eso lo dije cuando me preguntó que si serias tú la que viajará a los Ángeles para supervisar todo. —Ese era el plan. —Pretendía que te quedaras en su departamento el tiempo que dure la construcción.

—No, me quedaré en un hotel.

—Claro que no, mandare a Aaron a supervisar el proyecto.

—¿Mi proyecto? —Está mal si cree que dejaré ese proyecto millonario en sus manos.

—No te quiero cerca de ese idiota, así que sí. Aaron ira a supervisar tu proyecto a California. —No me dejo decir nada ya que Germán me interrumpió.

—Además estaremos de vacaciones en Santo Domingo cuando inicie la construcción. —Mire a Germán y está feliz, trae una sonrisa en el rostro que jamás había visto.

—¿Santo Domingo?

—Es donde mi padre me llevaba a pescar de niño, quiero mostrarle a Germán donde vivía cuando tenía su edad. —Eso sí me agrada, que pase tiempo con él. ¿Pero que tengo que ver yo con todo esto? —Y mostrarle a Sofía las hermosas puestas de sol en el lago.

—¿Te llevaras a mi hija?

—Nuestra hija. —Me corrigió sin que escuchara Sofía. —Por cierto ¿Sofía que piensas de Kennedy High?

—Que es una escuela para niños engreídos. —Me miró triste. Se supone que eso diría cuando Graham le preguntara si quería estudiar ahí, eso era antes de la apuesta.

—¡Oye! —Reclamo Germán. —Yo estudio ahí.

—Pero tú eres un engreído lindo, los demás no tanto.

—Sofía a partir de mañana asistirá a Kennedy. —Un pequeño brillo le apareció en los ojos, sé que es lo que quería.

—¿Es broma? —Me miró fijamente.

—No, a partir de mañana eres parte de Kennedy High. —Graham esta más emocionado que ella. —El día de hoy nos dedicaremos a comprarte lo necesario.

—¿Una computadora?

—Si, la tableta y un celular. —Confirmó German.

—Y el auto nuevo. —Añadió Graham.
Eso ya no le agrado a Sofía.

—Es demasiado Graham, con la computadora es más que suficiente. —Esa es mi hija. —Gracias, pero no.

—Ya hablé con tu madre y ella está de acuerdo con que te compré un auto. —Quise responder, pero no me dejó, me mostró la carpeta.

—En verdad Graham, no es necesario. Además, no aparece mi licencia. —Graham clavo su mirada en mí, al mirarlo solo me hizo señas de que se la entregará. —¿La tienes tu? —Molesta el saque de mi cartera.

—No me gusta que andes sola en un auto, sabes bien.

—No andaré sola, ya que sigo diciendo no al auto. —Miro a Graham. —Y si a conducir el auto de Germán. —Le quito las llaves de las manos. —Hora de irnos, muero de hambre. —Graham abrió mi puerta para subir al auto de Germán, el cual conduce mi amada, pero inexperta hija.

—Tu tranquila, desde que conozco a tu madre tengo a emergencias en marcado rápido. —Lo mire mal. —Por cosas como estas la tengo en el número 1.

Sofía.

Mamá está muy incómoda con esto, se le nota en la cara. No sé qué apuesta perdió pero de que no está de acuerdo con esto.

—¿Qué precio tiene? —Pregunte.

—Dos mil dólares. —Casi me voy de espaldas junto con mamá.

—Nos la llevamos. —Dijo Germán. —¿Qué color disponible tiene?

—Morado, Azul, blanco y negro.

—¿Se puede personalizar?

—Si, pero tardaría tres días en llegar. Tiene un costo de 500 dólares extra.

—Negra. —Respondí antes de que la pida.

—No, pediremos una con diseño. —Respondió Graham. Me dieron una tableta con una pluma para dibujar el diseño que quiero.

Coloqué el fondo blanco y unas hojas rosas en las esquinas, escribí mi nombre en el centro.

—Listo ¿El qués del celular lo quieren con el mismo diseño? —Todos me miraron y asentí.

No tardaron ni dos minutos para cuando un hombre volvió con dos celulares y dos tabletas.

—Se le enviará a casa la computadora y los qués del celular junto con los de la tableta.

—Perfecto. —Graham entregó su tarjeta la cual el hombre la pasó frente a nosotros.

—Firme aquí caballero. —Graham firmó y nos retiramos de la tienda.

Germán me dio el mío y le tendió otro a mi madre.

—Yo ya tengo uno. —Respondió.

—Pero no uno acorde a una jefa de proyecto. Así que tómalo. —Interrumpió la discusión el teléfono de Graham.

—¡Papá!

—Última llamada y lo apago.

—La última fue en el auto. —German está molesto y con justa razón, prometió que este día sería sin trabajo y solo nosotros.

—Está bien. —Lo apago, pero lo metió en el bolsillo de su saco, Germán lo sacó y se lo entregó a mi madre. —Esta apagado.

—Es solo seguridad. —Respondí graciosa.

—Perfecto, solo queda su nuevo guarda ropa. —Graham nos miró a ambas y para eso necesito ayuda ya que las conozco y son muy especiales con eso.

Nos llevó a una tienda enorme de ropa de marca y llamó a 6 señoritas.

—Ellas dos necesitan un guarda ropa nuevo, zapatos, bolsas, lentes, accesorios. Todo lo que una adolescente y una arquitecta exitosa necesitan.  No les respondan precios, ni si es costoso. Si les gusta lo cobran listo.

—Graham no, te estas pasando. —Mamá está furiosa. —El acuerdo es sobre ella, yo no tengo nada que ver.

—A partir de hoy eres una arquitecta socia de la empresa, iras a muchos eventos, conferencias y juntas con gente empresarios reconocidos. —Eso ni mamá se lo esperaba. —Esas llamadas que respondí fueron de un asociado de la familia Dustin, quieren que en cuento termines esto hagas un club privado para ellos y un centro comercial en México. Mi vida ya tienes la vida resuelta. —Dios, mamá está pálida, creo que ni ella sabía lo que conlleva trabajar para Graham Cooper. —Podrás hacer tu propia casa a tu gusto con el siguiente pago de este complejo.

—Bien, quieres que este a la altura lo haré. —Le entrego su bolsa y me tomó del brazo para que las señoritas nos lleven al área de damas.

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