CAPÍTULO 14

MARCOS VACILA

—Sea lo que sea o como se llame, me gusta.

Por más que quise controlarme no pude, su perfume me tenía atrapado. Cada gesto, cada movimiento, su sonrisa... todo lo que había visto en ella me gustaba, me encantaba. Por más que me esforcé en desechar esta sensación, por más que busqué la forma de distraerme y mirar a otro lado, no lo logré. Siempre regresaba a mirarla, a observarla.

No pude y ni podré mientras ella esté presente; es algo que va más allá de mi voluntad. Ahora me dejo llevar por lo que sea que me arrastra a ella, y si ella lo quisiera y me lo pidiera, el mundo se lo daría, porque la tiene completamente a su merced. No hubo pensamientos ni preguntas, solo tomé la iniciativa de probar sus labios con el temor de ser rechazado.

Toqué su boca con la mía con delicadeza, saboreando sus labios carnosos, suaves y dulces que me invitaban a querer más de ellos. Su boca y la mía danzaban a un ritmo que se complementaba. Chupé sus labios, alternando entre el d