No voy a casarme con Joana.

Mientras tanto el asistente Rogelio llegaba a su casa y ponía al cobayo en su sala de estar. El justo se sentaba frente a él

— Ahhh... Creo que no me pagan lo suficiente como para también cuidar de una mascota...

Afortunadamente el hombre vivía solo. No tenía novia, ni amante, ni esposa, así que por un momento pensó que le vendría bien la compañía del cobayo y lo sacó de su jaula para jugar con el y darle un poco de lechuga.

Kui... kui... kui...

— Tienes muchas energías, eh...

(...)

Emma se quedó en silencio por unos momentos, no quería despertar al CEO pero tenía muchas ganas de hacer pipí. Despacio quitó los dos brazos del hombre de encima suyo y corrió al sanitario.

— Oh, carajo, me duela la... ahhh... Tendrá algún analgésico Rafael por por aquí. — La pelirroja buscaba por ahí pero no encontró nada. Estaba por regresar a la cama pero tenía dificultad para caminar. Más al abrir la puerta, el atractivo hombre se encontraba del otro lado, a punto de abrir.

— Emma
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