47. Una pista que lo cambia todo
—Le diré al Raúl que venga a buscar tu auto —Rafael habla dentro del carro. Azucena sigue pensativa. Fue abrumador observas las manos de Marlene. Una coincidencia aterradora. Intenta pensar en otra cosa cuando Rafael habla. Van en su carro—. ¿De acuerdo?
—Sí, está bien —Azucena responde mirando hacia la avenida delante de ellos.
—¿Qué fue lo que sucedió, Azucena? Algo te ocurre —su esposo le deja en claro lo que está tratando de ocultar. Con Rafael preocupado será más difícil mantener el silencio. Rafael busca su mano—, ¿Sigues teniendo dolores?
Azucena se pasa una mano por el cabello.
—Son pequeñas punzadas —admite Azucena con un hilo de voz—, pero no es eso lo que me tiene así, Rafael.
Rafael coloca sus ojos en ella a los segundos.
—¿Qué sucedió?
—Es lo que…viene con esos dolores —Azucena se acaricia el lado de su corazón tan sólo porque lo que ahora siente resulta ser algo difícil de entender—. ¿Puedes estacionar un momento?
El gesto de Rafael es de clara confusión. Lo hace a los s