Capítulo 24. M*****a Mocosa.
Evelia
Me encuentro concentrada en recordar ese beso tan explosivo de hace unos días de Oliver y aunque quiero negarlo por más que me esfuerzo, sigue siendo el beso incomparable.
Ése que queda para el recuerdo y como punto más alto para todos los demás, pero sigo diciéndome “esto solo durará un año y después podré ser libre”.
Cómo de un reinicio mental se tratara recuerdo dónde y por qué estoy aquí.
La oficina de Oliver es uno de los lugares en los que pocas veces he estado, así que necesito con urgencia revisarlo y ver qué información puedo obtener para entregársela al monstruo.
La computadora no tiene clave, cosa que me beneficia, entro, busco archivos y encuentro dos que me pueden servir, les tomo una fotografía con mi celular y justo cuando estoy revisando la calidad de la fotografía escucho que abre la puerta…
—Señora Geacoman —dice Ana con tranquilidad — finalmente la encuentro tiene visita en la sala.
—¿Visita de quién se trata?— pregunto intrigada, ya que nadie me ha avisado