PEQUEÑA REBELDE. CAPÍTULO 42. Una reliquia familiar
PEQUEÑA REBELDE. CAPÍTULO 42. Una reliquia familiar
Gabriella era capaz de contar cada una de las cosas por las cuales Victoria Garibaldi podía a engañar a cualquiera fácilmente. Para empezar era joven y hermosa, y la gente por desgracia tenía cierta tendencia a creer que la belleza física era opuesta a la maldad, como si una mujer hermosa no tuviera capacidad para ser cruel.
Para ser la Mamma de la ´Ndrangheta definitivamente no podía ser una mansa paloma, pero el carácter que tuviera a puertas cerradas no era de su incumbencia; le bastaba con la sincera amabilidad con que la trataba.
La cena fue meramente familiar, casual y agradable, y nadie mencionó una sola palabra del motivo de su viaje, no hasta que los niños se fueron a dormir, los guardias de regreso a sus puestos y ellos al despacho privado del Conte y la Mamma.
—No sabía que Esteban Salvatore tenía una hija —murmuró Franco pensativo mientras tomaban un café—. Aunque no es extraño que no te reconociera, después de todo las i