Micaela Stevens
Voy por mis cosas apenas termina mi turno, aun falta para el amanecer, Pero decido irme de una vez, así descanso un poco, llevaré a Baltazar afuera para que su guardaespalda lo lleve a dónde sea que se está hospedando, estoy sudada y no me coloco el sobre todo, lo dejo allí guardado.
Camino entre el montón de cuerpos danzantes, la música retumba a todo volumen, lo veo en la barra viendo su teléfono, no luce ebrio, Pero debido a ser quien le sirvió, se que ha bebido bastante.
—No te puedes quedar aquí — le digo gritándole sobre la música a todo volumen.
—¿Porque, Ya te vas? — arrastra un poco la voz. Esto me lo confirma.
—Si, dime con quién viniste, ¿quien te está cuidando?
Arruga el entrecejo — Vine solo — Se me acerca un poco demasiado a la cara.
—¿Dónde te estás hospedando? Pediré un taxi que te lleve — le digo, Pero niega de inmediato.
—Estoy en el hotel Bellagio — resopló, eso está al otro lado y es uno de los más costosos — Pero no pienso dejar mi camioneta a