↞Cinder↠
Regresamos a casa, y la tensión me tenía atrapada, un nudo apretado en la boca del estómago. Tomé una ducha corta para intentar lavar la suciedad de mi alma, no solo la de mi cuerpo. Me puse un vestido sencillo y bajé las escaleras, donde lo encontré esperando.
El Beta. Su cabello negro azabache brillaba aún húmedo por su propia ducha. Sus ojos, dos esmeraldas líquidas, me miraban con una intensidad que hizo que mi piel se erizara. Era como si la mismísima diosa hubiera bajado y lo hubiera esculpido.
—Bueno, Cappa Cinder, ¿qué licor me va a ofrecer? —dijo con una sonrisa que me hizo temblar, no de miedo, sino de una extraña y electrizante anticipación.
—Aquí no. A mi padre no le gusta que toquen su colección —murmuré, mi voz casi un suspiro. —¡Vamos, sé de un lugar!
Nos pusimos nuestras capas y salimos, dejando la casa en la quietud de la noche. Mi estómago seguía revuelto, atormentado por las imágenes de la gruta. Gale, a punto de marcar a esa perra. La forma en que luc