Capítulo 123: Un verdad para hacer frente.
—Tiempo sin vernos, muchacho, creo que tú y yo tenemos algo de que hablar. — dijo aquel hombre.
Entrando en modo defensivo, Niccolo reconoció a aquel miserable lobo que tenía delante.
—Tu… — y mirándolo a los ojos, el cazador de cabellos rubios atacó sin pensarlo.
—¡Detente ahora! — gritó Leopoldo Montefeltro, entrando en medio de aquel lobo y Niccolo logrando detener el ataque repentino de este último.
Niccolo se sorprendió de sobremanera al mirar al padre de Génesis frente a él, y frenando el ataque que le había hecho a aquel miserable Alfa.
—El viejo Montefeltro… — murmuró el cazador rubio.
Retrocediendo dos pasos, Niccolo miró con desprecio y rencor a los hombres que tenía delante. Aquel lobo no era nadie más que aquel maldito Alfa, padre del lobo miserable con el que su madre había huido después de abandonarlo a su suerte.
—Zorudo…el miserable Alfa que acogió a mi madre dentro de su manada, por ser la ramera humana de su hijo. ¿Viniste a dejarme a algún mensaje de esa