Radolf era un perro rabioso corriendo por el bosque, babeaba una espesa espuma blanca de su hocico, su único pensamiento era tener delante de él a Lyon, despedazarlo con sus dientes, garras, ya no iba a permitir que le volviera a quitar a Aysel que era suya, ya la había marcado.
En el momento que Tristán le dijo que el grupo de lobos estaban listos para salió con ellos, eso fue a media tarde, casi era madrugada y el seguía corriendo por el bosque siguiendo el rastro de Lyon y Aysel.
Cuando Berk volvió en si después de la golpiza que recibió de Radolf, este lo mando a la manada en busca de Joram, su hermano, le ordeno que él reuniera a los mejores lobos para que se unieran a ellos en la búsqueda, ellos tendrían que reportarse a la mañana. Con más lobos ayudando en la búsqueda estaba seguro que tarde o temprano daría con ellos, con los malditos secuestradores y cuando los tuviera en sus manos los encerraría en la celda y los torturaría día y noche.
En su paso se encontró una cueva, in