Capitulo 38

Subí a mi habitación, quería estar solo, entré y di un grito de desesperación, entre al baño abrí la regadera y entre al agua, quería ser más fuerte y poder defenderla en vez de correr, pero soy débil, una persona que no sabe defenderse, lloré bajo el agua impotente por mí que había pasado.

Salí del baño, papá estaba sentado en la cama, en cuanto me vio se levantó y me vio con tristeza, no dijimos nada solo me acerqué y llore como un niño, papá daba golpes suaves en mi espalda, ya más calmado levanté mi mirada.

—Quiero ser fuerte —le digo y papá me toma de la mano.

—Ya eres fuerte y valiente, si no hubieras pasado en ese momento quien sabe que le hubieran hecho a esa muchacha —dice mi padre y solo de imaginarme no sé lo que como estaría Clarita, —lo importante es que pudiste evitar una tragedia, tu tía hablo con Minerva y ella ya está en casa, solo fue una crisis nerviosa —Eso me alegra saber que Clarita está bien.

—Gracias padre, no sabía a quién
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