Punto de vista de Ryan
Después de unos días más o menos tranquilos, pero duros, en el trabajo, por fin era el momento de abandonar la rutina, relajarse, tomar el sol, ir a la playa y comer y beber sin contemplaciones.
—Tío Ryan, ¿vamo a ir a la paya cando lleguemos? —preguntó Colin.
Estábamos en pleno vuelo hacia las Bahamas, más específicamente a la capital, Nasáu, donde pasaríamos un par de semanas de relajación y confort.
—¿No vas a estar cansado? No has dormido nada. Llevamos cinco horas de vuelo, e incluso ve a tu papi, está rendido.
Tiré la vista al asiento al otro lado del pasillo, donde Blake dormía desde hacía como tres horas, con su carita de angelito, y un oso que Colin le puso al costado cuando se dio cuenta.
—Papi eta cansado, pedo yo no… Tío Ryan, tú