Punto de vista de Jude
Al llegar a la casa de Blake, Gilbert metió el auto directo a la cochera, y entramos por el acceso lateral.
Tras subir las escaleras, con el pelirrojo aún un poco débil y silencioso, enseguida escuché una vocecita fina romper el ambiente.
—¡Papiiiii!
Colin vino corriendo desde la sala de estar con la emoción en la cara y los brazos bien abiertos; sin embargo, apenas ver el estado de su padre, se detuvo en seco y su expresión se ensombreció.
Arrugó la carita y, cuando sus ojos y los del mayor se encontraron, frunció el cejo.
—Papi, ¿tas ben?
Blake arrugó la cara y suspiró. Lo notaba tratando de recomponerse frente a su hijo, pero creo que en estos momentos eso era imposible, por lo que resopló.
—Me duele un poco el estómago, pero no te preocupes.
Desde atrás, Riley apareció preocupada y dijo:
—Señor Maier, ¿quiere que le prepare un té? Podría ayudarlo a sentirse mejor del estómago.
Ella era tan considerada, pero al verla me percaté de que sabía bien lo que de ver