60° Fin.
La boda había terminado, a pesar de todo, más linda y romántica de lo que Portia esperaba, incluso mucho más de lo que Helene pudo haber planeado.
Con las decoraciones dañadas y los invitados moreteados y mallugados, todos se congregaron en un tumulto bonito y cálido alrededor de los novios y ni siquiera Portia se fue sin un buena buena lloradita.
La inauguración de los termales se había llevado a cabo como lo tenían planeado y cuando Portia vio a Carlo cubierto únicamente por un pantalón corto no pudo evitar que el calor se le subiera a la cara. El hombre trató por todos los medios de acercársele, pero Portia usó el traje de baño más sexy que encontró en el armario y lo ignoró toda la noche.
Cuando Lia lanzó el ramo de flores no pudo evitar notar como, entre Helene y Esther, se juntaron para empujarla justo en dirección al ramo que cayó sobre la cara de Portia y tuvo que agarrarlo, y ahora, dos días después, estaba sentada en la recepción con Gis y contemplaba las rosas que comenza