Lory Connor.
Kory se fue dejándome aquí con la venenosa, que buena idea tiene, cariño. Entro a la mansión, me mira en cada movimiento que hago, los gemelos están en el cuarto de Kosmo, por suerte están a salvo y tienen prohibido de abrir la puerta si no soy yo o Gael, que al parecer se quedó ya que solo iban dos carros hacia el castillo.
— Solo quiero que seamos amigas, Lory — la miro sin creer en lo que estaba diciendo esta mujer de repente, hace unos días estaba sin disimular aferrándose a mi esposo y ahora viene de pronto a decirme que quiere que seamos amigas — He reflexionado un poco las cosas, y sé que no debí estar tan pegada a Kory, pero he decidido renunciar a mi amor por él, ya es tiempo de madurar — asiento.
Me parecía extraño que de la noche a la mañana cambiara de parecer.
— Las mujeres hoy en día no deberíamos de estar peleando por un hombre, eso ya era en el pasado, en esas épocas donde el machismo brillaba en todo esplendor — ríe caminando hacia el sofá en donde se sie