Amber

"¿Un examen de ADN?" repetí sus palabras, sintiendo que mi corazón se apretaba.

El semáforo se cerró, y Leonardo se giró hacia mí, sus ojos intensos. "¿Te estás recordando poco a poco, verdad? Lo que pasó en el hospital... esa reacción..." dudó. "Recordaste lo nuestro."

Me sonrojé intensamente, desviando la mirada hacia la ventana. Las luces de la ciudad parpadeaban a través del vidrio, pero todo lo que veía era ese recuerdo: sus labios, sus manos, la forma en que me hacía sentir.

"¿Qué recordaste exactamente?" su voz estaba ronca.

"No... no puedo hablar de eso," murmuré, sintiendo mis mejillas arder aún más.

"¿No puedes o no quieres, B?" habló más cerca de mi oído, y me sentí temblar entera. ¿Qué eran esas reacciones que me provocaba?

"No voy a hablar de eso, ya lo dije, Léo." hablé, abriendo los ojos al llamarlo por un apodo. Lo miré, y su sonrisa volvía a su rostro. "Discúlpame, señor Martinucci, yo no..."

"Tú siempre me llamabas Léo cuando estábamos solos, no veo problema en