Escuchó que alguien tocaba la puerta. Pensando que podría ser uno de sus hermanos, exclamó:
- ¡Quiero estar solo! ¡Vete!
- Majestad, el príncipe Brett me pidió que te llevara ante él con vida – escuchó la voz del caballero Luis al otro lado de la puerta – Por favor, no preocupe a su hermano, de verdad se está esforzando en protegerlo.
- ¡No necesito que me protejan! – bramó Uziel - ¡Así es que mejor regresa con tu “princesita”, caballero de dudosos gustos!
“Por lo menos el príncipe Brett era más dócil y educado a su edad”, pensó el caballero Luis, dando un ligero bufido. “En verdad al príncipe Uziel le dio fuerte la adolescencia. ¿Dónde está el niño adorable que creía en hadas y el poder divino de los cabellos largos?”
Zafiro, quien e