La mandíbula de Blade se crispó mientras sus ojos vagaban por su cuerpo dejando la piel de gallina sobre ella en su camino. La mujer que tanto deseaba estaba parada frente a él completamente desnuda y encima de eso, invitándolo a violarla.
—Soy una bestia. Te haré daño—Le advirtió con voz fría.
Una suave sonrisa apareció en su rostro y estaba jodidamente arruinado en ese momento. Tan jodidamente hermosa que era. Haciéndolo débil hasta las rodillas.
—No puedes—