Capítulo noventa y cuatro: Sus reclamos.
—Matt, debemos hablar— la vos de Luisa me saca de mis pensamientos,
— ¿Qué pasa? — le pregunté de poca gana.
Hoy no había sido un buen día, más bien había sido una m****a; desde que me enteré de que ella estaba saliendo con ese imbécil, estaba más enojado que nunca,
— Creo que debemos hablar sobre Fernanda— me dijo sentándose en el borde de la mesa,
—¿Por qué quieres hablar de ella? — la miré a los ojos; incrédulo,
— No te parece que desde qué ella apareció nuestra relación está cada vez más distante, ya apenas me hablas, apenas me tocas. Crees que no me doy cuenta cómo suspiras cada noche a mi lado.
Suspiré pesadamente al escuchar sus reclamos, Luisa solía ser muy clara y demasiado insistente cuando teníamos algún problema y sabía que esta vez era diferente al resto, porque ella tenía razón,
— Anda Matt, háblame no te quedes así callado— insistió al notar mi descontento,
— Luisa, lo que pasó con ella está en el pasado, estoy contigo ahora— quise disculparme de