—Me niego a creer lo que acabas de decir – niega y lleva su mano al puente de su nariz – el Dante que yo conozco no sería capaz de mandar a matar a alguien.
— Eso es lo que pasa hermano – lo miró fijamente – no conoces al verdadero Dante.
— Señor ¿A dónde quiere que nos dirijamos? – Jhon pregunta interrumpiendo nuestra conversación.
— A la casa de Mariana – palmeo el hombro de Jhon y asiente.