Trato de abrir los ojos pero no puedo, lo hGo lentamente hasta acostumbrarme a la claridad.
Lo primero que veo es mi cuerpo amarrado a una silla en medio de un gran salón vacío, con pareces de ladrillos sin repellar, humedad y filtración de agua.
Los recuerdos de todo lo sucedido llegan de golpe haciendo que mi corazón empiece a latir rápidamente de nuevo y las lágrimas empiecen a salir.
“Dante”
Escucho pasos acercase, la puerta frente a mi se abre lentamente, entran dos hombres armados haciéndose a un lado y entra con una sonrisa de satisfacción Octavio.
Se acerca hasta quedar parado frente a mi, su mirada recorre todo mi cuerpo sin decir ninguna palabra.
— Vaya que el dinero cambia a las personas - sonríe la