97. Aria lo perdió todo
Aria despertó con dolor.
No era un malestar común. Sentía como si su piel estuviera a punto de romperse desde dentro. El calor en su cuerpo era insoportable, pero al mismo tiempo, su piel estaba helada. El sudor empapaba su frente y su espalda. Intentó moverse, pero una punzada le atravesó el vientre como una aguja de hierro candente.
Soltó un grito agonizante. ¡Maldita sea! Era como ser quemada viva.
Se incorporó con esfuerzo. Su barriga estaba más grande que el día anterior, inflamada, tensa, como si algo estuviera creciendo demasiado rápido.
Gruñendo, levanto su camisa y lo que vió la dejo sin habla. Al mirar sus costados, notó algo más: venas oscuras que recorrían la piel bajo su ombligo, negras como tinta seca.
El miedo se le instaló en el pecho. Trago saliva con el corazón latiéndole muy rápido, era horrible. Parecía que tenía alquitrán por sangre en las venas.
No podía soportarlo más, necesitaba respirar aire o se volvería loca ahí encerrada.
Salió de su pequeño cuarto sin