77. Tienes un aura poderosa
Aryndell no era como ninguna otra manada.
Dayleen caminaba por los bulevares centrales acompañada de Cassian y Annika, y no dejaba de asombrarse. Aquí no había chozas ni casas de piedra simples. Las edificaciones eran altas, de líneas limpias y estructuras mármol, de cristal o piedra caliza que brillaban con el sol. La energía mágica se canalizaba por los canales de agua que corrían bajo las calles, y las farolas flotaban como luciérnagas gigantes, encendiéndose cuando la luz comenzaba a menguar.
Era tan mágico como contaban en los libros de historia, como su madre le había contado. Aunque nunca se hubiera imaginado que se lo hubiera descrito a la perfección porque ella misma recorrió esas calles.
—Esto… es otro mundo —murmuró Annika, con la mirada absorta en un árbol de raíces brillantes con manzanas entre sus ramas, eran manzanas de color dorado.
Cassian asintió, tenso.
—Han combinado la bendición de Selene con la tecnología humana. No es magia común. Es especial, moderna.