56. Solo tú tendrás mi semilla
Habían pasado varios días desde que Dayleen vio a su madre en el Espejo del Aire.
Días enteros donde su mente flotaba entre la realidad y las visiones que la diosa le imponía con cruel deleite.
A veces, todo parecía normal. Conversaba con Xavier, conocía a su familia, compartía momentos de paz en la lujosa mansión que les habían otorgado como huéspedes. La manada del Aire era hospitalario, rico en cultura y energía espiritual. Los ancianos la admiraban, los niños le ofrecían flores, y la paz que reinaba en el lugar le hacía sentirse cómoda.
Pero en las noches… su mente no le pertenecía.
La diosa de la lujuria sabía cómo infiltrarse, cómo retorcer los recuerdos, cómo mezclar verdad con mentira hasta quebrar la cordura. Por más que intentaba bloquear sus intromisiones, no tenía control sobre sus poderes.
Aun así, Xavier permanecía a su lado. Notaba sus silencios, sus temblores, los ojos brillantes que no eran por emoción, sino por la tormenta interior. Pero no la presionaba. S