Lo que habita entre las sombras
Lo que habita entre las sombras
Por: Fiorella López
Capítulo 1

Para entender mi historia debemos remontarnos al año 2000, el año en que nací, para mis padres era la criatura más bella y adorable sobre la faz de la tierra, una bebé de tez blanca, cabello castaño oscuro y un par de ojos verde avellana. Al transcurrir el paso de los días, mi madre nota algunos rasgos en mis facciones anormales, alteraciones que van más allá de la lógica humana acompañados de comportamientos sobrenaturales como el cambio de apariencia física, por lo tanto, al no comprender a profundidad lo que me sucedía, va junto a mi abuela, la cual, al ver la preocupación de mi madre, trata de ayudarme. La familia de la cual provengo posee un linaje bastante extraordinario; teníamos videntes, médicos naturalistas, exorcistas y un sinfín de otros dones. Solo que dicho linaje aparentemente terminó en mi abuela, ella es una médica naturalista, porque mi madre no tiene un don específico. O eso pensaban ellas, hasta que nací yo y la historia tomó un rumbo diferente. Mi abuela hizo lo que pudo, para tratar de ocultar mi don, sin embargo, como no logro un avance en concreto sugirió ver a una bruja blanca para que interceda por mí. Luego de la visita con ella, todo volvió a la normalidad o eso pensaba mi madre, porque para mí recién empezaba mi historia junto a la oscuridad de las sombras.

Era una mañana de lunes, aproximadamente las 07:00 am y mi despertador comenzó a sonar, la Lía de 17 años debía ir al instituto. Abro los ojos lentamente y me pregunto por qué no me acosté más temprano, tengo un poco de sueño, pero como soy responsable, me levanto de mi cama y empiezo a prepararme para ir al instituto. Primero voy al baño, me aseo el rostro, cepillo mis dientes y hago mis necesidades básicas, luego regreso a mi habitación y empiezo a ponerme el uniforme. El uniforme de mi instituto consiste en un jeans y una remera con cuello la cual tiene bordada la insignia de mi casa de estudios, bastante aburrido para mi gusto, pero considero que es mejor que usar falda. Luego de vestirme y peinarme, bajo a desayunar y saludar a mis padres, mi mamá se llama Amara y mi papá se llama John, los dos son unos padres muy atentos y responsables. Al bajar las escaleras me invade un aroma exquisito, mamá preparó unos sándwiches de queso con un poco de tocino y huevo. 

- Buen día ma, algo huelo delicioso en tu cocina, ¿me invitas? 

- Hola hijita, claro que puedes comerlo lo hice especialmente para ti y tu padre...en eso, aparece mi papá en la cocina y saluda a mi madre con un adorable beso. 

- Buen día hija, ¿dormiste bien? 

- Hola pa, dormí de maravilla, tuve algunos sueños, pero nada muy importante 

Al terminar la charla mañanera en la cocina, nos subimos al coche con mi pa y vamos rumbo al instituto, en el trayecto ponemos música de AC/DC y la cantamos a todo pulmón. Luego de 5 músicas llegamos a mi instituto, me despido de mi papá y voy al interior de mi nuevo recinto por las siguientes seis horas. El tiempo se pasa rápido con mis amigas Ruth y Ana, charlamos, reímos y nos contamos anécdotas de cuando éramos más pequeñas, ellas son mis amigas desde que tengo uso de razón. 

Una vez culminada mi jornada de estudios, voy de regreso a mi casa junto a mis amigas, por suerte vivimos una al lado de la otra.

- Lía...cuéntame que soñaste anoche, tus sueños son muy entretenidos, me dice Ruth, a lo que Ana contesta con un, sí porfis, yo también quiero saber. Normalmente soy muy reservada respecto a mis sueños, pero con ellas el hablar de todo nunca es problema, anoche soñé algo muy extraño...me estaba paseando por un bosque con muchas farolas encendidas por la ausencia de luz que acapara el lugar, luego de unos minutos caminando llego a un bello estanque situado en el centro de este bosque…me quedé contemplando el agua un rato hasta que de repente siento un escalofrío que me recorre todo el cuerpo, empiezo a buscar lo que originó esa sensación y a lo lejos logro ver una figura que se asemeja a la de un hombre pero este desprendía una oscuridad abismal...tanto era esto, que el mirarlo fijamente se convertía en un desafío. Llego un momento en el que se encontraba lo suficientemente cerca para tratar de verlo a detalle, pero cuando conecté con su mirada, sentí terror y nuevamente un escalofrió se hizo presente. En ese momento escucho una voz a lo lejos que decía...corre Lía, emprendí la carrera de mi vida, luego de unos minutos corriendo y esquivando arboles paré porque ya no sentía mis pulmones, respirar se había vuelto doloroso. En mi mente me repetía una y otra vez, inhala...exhala..inhala...exhala. Cuando siento mi respiración recompuesta nuevamente un escalofrió se hace presente, pero esta vez no puedo moverme, cierro los ojos porque sentía mucho miedo y siento la gélida cercanía de alguien.  Escucho su respiración atrás de mí y de repente oigo...Lía....justo en ese momento suena mi alarma. 

Al despertarme no le presté mucha atención al sueño, me encontraba un poco agitada pero más nada y como debía ir al instituto pues lo dejé pasar, dije sin más.

Ruth y Ana se quedaron con la cara pálida, para ese entonces ya habíamos llegado a nuestras casas. 

Ana se despide sin más y me dice que va a procesar lo que acaba de escuchar, pero me recomendó que utilice un crucifijo o algo. Ruth se quedó mirándome, ten cuidado Lía, ella es una persona muy creyente de lo paranormal al igual que yo, a lo que le contesto, lo tendré...nos despedimos con un fuerte y preocupante abrazo. Al llegar a casa saludo a mi mamá y le cuento como estuvo mi día, hablamos un rato y luego subo a mi habitación a hacer algunos deberes. Mientras estaba terminando un trabajo de matemáticas, empiezo a recordar el sueño y su voz...en eso siento un escalofrío, me quedo paralizada en mi lugar, al cabo de unos segundos me armo de valor y doy la vuelta a ver de dónde provenía, pero no logro ver nada...me reproche que estaba algo paranoica.

En el horario de la cena, bajo a la cocina y preparo la mesa con mamá, en eso llegó mi papá.

- Hola, le da un cálido beso en la frente a mi mamá y luego se acerca a saludarme

- Hola hija, ¿cómo estuvo el día? 

- Todo bien pa, ando un poco paranoica por el sueño de anoche, pero nada grave. 

- A lo que él contesta, si quieres puedes comentarme que pasó en el sueño, yo te escucho. 

Para ser franca, respecto a los sueños no les comento nada por temor a que digan que me lo invento o algo. A lo que yo le digo a mi papá; muchas gracias por el interés, pero no lo considero como algo de gran importancia y sin más pasamos a otro tema de conversación. Luego de la rica cena, ayudo a mamá a lavar los trastes mientras papá retira la mesa, me despido de ambos cerca de las 21:30 y subo a mi habitación, con la intención de leer un poco.

El mundo sobrenatural es algo que llama mi atención desde que soy una niña pequeña, desde el simple hecho de no tenerle miedo a la oscuridad a pasar horas mirando pelis de terror y luego, poder dormir sin ningún problema. De hecho, ya pasé por momentos un tanto extraños para la corta edad que tengo, por recordar una vez...los sueños son un problema recurrente en mi vida, he tenido sueños agradables y en ocasiones pesadillas como lo de hace unos días donde me levanto agitada o asustada. Pero como soy creyente de la existencia del bien y el mal; así como el mal me suele atormentar tengo momentos donde, en mi vida hay absoluta paz.

Luego de unos minutos de andar dando vueltas a mis pensamientos, decidí prender la tv y emprendí la búsqueda de una peli de terror (La monja). Sin darme cuenta miro mi celular y el reloj ya marcaba las 00, entonces decidí que era hora de dormir. Normalmente yo no tengo la costumbre de levantarme en la madrugada para ir al baño, pero como la Lía tenía sed mientras miraba su estúpida película...me reproché a mí misma. Mi vejiga ya no aguantaba y el reloj marcaba apenas las 02 am. 

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