Emir
Mi teléfono sonó en mi escritorio, interrumpiendo mi concentración. Lo deslicé hacia arriba, viendo el nombre de mi guardia personal, Khalid, en la pantalla. Mi dedo índice se deslizó sobre la pantalla para responder la llamada.
— Sí — respondí, manteniendo mi voz firme y profesional.
— Señor Emir, hemos tenido un incidente en la propiedad — informó Khalid, su voz igualmente formal.
Me recliné en mi silla, mis pensamientos girando alrededor de la identidad del intruso y sus motivos. Mi mano derecha se apoyó en el brazo de la silla.
— ¿Qué tipo de incidente? — pregunté, mi interés instantáneo.
— Hemos detenido a un intruso dentro de la mansión — explicó Khalid. — Tenía documentos de identidad. Se llama Arthur, nacionalidad mexicana.
Mi corazón se aceleró ligeramente al escuchar el nombre. Arthur. El prometido de Ana. Después de lo que pasó en el aeropuerto de México, no me sorprendía verlo aquí.
— Tráelo aquí — ordené, mi voz firme. — Quiero hablar con él.
— Enten