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El punto de vista de Sofía
Sonó el timbre y me apresuré a dejar caer la servilleta de cocina que sostenía y corrí hacia la puerta. Jenny estaba durmiendo y sabía que incluso si escuchaba el timbre, se levantaría para comprobar quién era. Abrí la puerta y el olor de Ian me golpeó al instante. Estaba parado frente a mí, con un ramo de rosas en una mano y una caja de chocolates en la otra.
Levanté una ceja pero sonreí de todos modos mientras me hacía a un lado para que él entrara. Lo primero que hizo fue besarme en la mejilla y me reí.
“¿Qué está ardiendo?” Preguntó mientras caminaba hacia la casa.
“¡Oh, mierda!” Gemí mientras cerraba la puerta de golpe y la trababa antes de usar mi velocidad vampírica para llegar a la cocina. Los gofres ya estaban ardiendo.
Gemí, frotándome la frente mientras miraba a Ian. “Me distrajiste”, dije mientras lo sacaba y lo servía en un plato.
“No me culpes”, dijo mientras se sentaba en el taburete de la cocina y dejaba caer las flores y los chocolates en