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El punto de vista de Sofía
“Despierta, dormilón”, dije con cansancio, golpeando suavemente a Jenny. Ella gimió, girándose en la cama y enterrando su rostro en la almohada. Nos habíamos quedado despiertos hasta tarde, viendo una serie en exceso y llenándonos la cara de basura. Y ahora ella estaba durmiendo hasta tarde y yo tenía una especie de dolor de estómago.
Me pasé las manos por el pelo con frustración y la golpeé una vez más. “Despertar. Jenny”.
“¿Qué? Déjame en paz —murmuró, acurrucándose en la almohada.
“Vas a llegar tarde a clase”, le dije rotundamente y me alejé de ella y luego me senté en mi cama, respirando para calmarme. Ya me había bañado así que todo lo que necesitaba era vestirme e irme a clase.
“Es sólo el primer día. Realmente no es necesario asistir. Y no creo que harían nada de todos modos”, gimió.
“Esto no es la escuela secundaria, Jenny”, le recordé. “Estamos en la universidad ahora. Necesitamos ser aún más serios que nunca”.
“Sí y ¿por qué no te has ido todaví