RAINER.
Nunca he sido uno chico que se adapte demasiado rápido a los cambios, y este cambio tampoco es la excepción. Todos los estudiantes de Silverstone posaban su mirada en mi mientras avanzaba por el lugar acompañado de Jackson y Cameron. Esto es tan incomodo que me dan ganas de gritar que no me miren más.
–Ser el centro de atención no es lo tuyo, ¿verdad, Rainer?– Cameron guio su mirada a mí.
–Digamos que no es algo que disfrute– resoplé.
Esto es demasiado extraño, independiente de que estoy en una escuela llena de magia y criaturas sacadas de la ficción, es igual o peor que aun primer día de clases en una