-Tengo que ir a la casa -dijo William a su esposa esa tarde. -Hace mucho que no voy y seguro que tendré que ponerme al día.
-Quiero ir contigo -dijo Iliana de inmediato.
- ¿Estás segura?, puede rememorarte malos momentos, quizás debieras esperar un poco más.
-William no puedes mantenerme bajo una cúpula de cristal. Octavia y Diana van casi a diario a rendir homenaje a Anna, ya es hora de que yo también lo haga - sentenció. -Además no voy a dejar que ese bastardo marque nuestra existencia. Quiero tener hermosos recuerdos en el que posiblemente será nuestro hogar.
- ¿Estás segura?
-Nunca he estado más segura -dijo tirándole del brazo.
Los trabajos habían seguido a pesar del incidente, y la casa se veía mucho más hermosa.
Eso fue un alivio, porque a pesar de su insistencia, Iliana no había calculado la ansiedad que le produjo volver.
Intento lo mejor que pudo poner buena cara para no mortificar a su esposo.
Fueron hasta la colina donde John había decidido que descansará su amad