Al final dejamos el coche aparcado y volvemos a casa dando un paseo. Los cuatro caminamos arrebujados en las chaquetas, pero vamos charlando y riendo, seguramente por las cervezas que se han animado a tomar los hermanos.
- Si me quedo en el paro... - balbucea Will - me voy a vivir contigo Hermanito. Tendrás que darme la paga.
Que bromee sobre su situación nos hace gracia a todos. No es como si no tuviera un dólar en el banco. Tienen terrenos, propiedades, una familia con mucho dinero y ceros en el banco. No está en la ruina.
- Siempre te puedo contratar como mi secretaria - Ian le saca morritos tirándole besos.
Estos dos están más locos de lo que pensaba. Helena ríe sin soltarse del brazo de Will.
- ¡Claro! Y me pongo faldita para enamorarte. No te ofendas Emma.
Lo miro de arriba abajo.
- Las faldas jamás te quedarán como a mi, lo siento.
Llega el