El inspector se va con toda la información que he sido capaz de recordar. Ian cierra la puerta después de despedirlo. Se queda donde está con la mano sobre el pomo.
- ¿Estás bien? - pregunto preocupada.
- Es por algo que he hecho yo... ¡Es por mi maldita culpa! - Baja la cabeza -No debería haberme ido.
No puede sentirse culpable. Quiero decir, todos nos equivocamos y hacemos cosas que pueden dañar a otras personas, pero eso no justifica que entren en una propiedad privada y te rompan los coches.
- Si - contesto con un tono normal - no deberías haberte ido -se da la vuelta. Odio ver la culpabilidad reflejada en sus ojos - pero tengo la solución: nos cosemos el uno al otro y así podemos ser siameses. Todo el día juntos por si un trastornado nos ataca.
Cada uno tiene su trabajo y su horario. Tiene que comprender que aunque estemos juntos todo el rato, si alguien le quiere hacer daño lo hará.