Florencia:
Tamara y yo nos fuimos de regreso a la casa, sus supuestas amigas ya habían salido, sin preguntar por ella, y mucho menos preocuparse por donde estaba, sorprendente.
El que si estaba era mi Leo, que bien zona eso.
— Flor estabas aquí, hola, Amara, ¿sucede algo?
— Nada importante Leo, pero necesito que le pidas el móvil a Kevin, es urgente. — me observa un poco curioso y responde.
— Puedes usar el mío.
— No, necesito el de él ahora, por favor, es algo importante pero no puedo contártelo. — Amara solo nos observaba conteniendo sus lágrimas.
— De acuerdo, te lo traeré, a, por cierto, en la mesada esta lo que me encárgate.
— Gracias. — Ahora que lo pensaba, ¿ella no necesitaría tomar algo también?
— Amara, ¿usaron protección?
— ¡Oh, no!, rayos ahora sí... — veo como la desesperación comienza a invadirla, maldito Kevin, ella es apenas una adolescente, peo él es un hombre, ¿cómo pudo ser tan descuidado?, desalmado, estoy segura que si ella resulta embarazada no se hará responsable.
— Tranquila, toma es una pastilla del día después, creo que es más conveniente que la tomes tú, después compraré otra para mí.
— Wou, ¡¿tú y Leo corazón de hielo?! — dice con cara de asombro.
— ¿Corazón de hielo?
— Claro, así lo conocen él es puro hielo, con todo el mundo, incluso su familia, es un hombre sin sentimientos, aunque eso no quiera decir que sea malo.
— Ya veo. — Leonado sí que tenía fama de ser indiferente con las personas de su entorno, es raro de creer, conmigo siempre ha sido muy dulce.
— Hola pequeña hada, dice Leo que quieres mi móvil, como para que...
— Dámelo, si eres un hombre sabio, solo hazlo. — Me hierve la sangre ver la forma burlona en la que mira a Amara.
— ¿Una noche con leo y te crees dueña de su casa? — dice luego de lagar una carcajada forzada, si piensa que con ello me amedrenta, realmente no sabe quién soy ni lo que he vivido.
— ¿Qué pasa? — Leonardo llega justo a tiempo.
— Tú amiga cree tener poder para mandarme, no le daré mi móvil.
— Leo, él hizo algo realmente bajo, necesito su móvil, por favor créeme que si no fuera así no diría nada.
— Dáselo, no sé qué hiciste y si no me lo quieren decir es por algo, solo dale el móvil. — lo veo y no lo creo, Leonardo tiene una mirada que podría congelar el mismo infierno.
— ¡¿Estas bromeando?! una orden suya y te comportas como un perro...
— ¡El único perro eres tú! — El grito de Amara lo distrajo lo suficiente, para que pudiera sacarle el móvil, menos mal que lo tenía desbloqueado.
— ¡Dame eso! — dice el cobarde tratando de llegar a mí, pero Leo es más rápido y lo toma del brazo.
— Ni se te ocurra Kevin, mejor ven conmigo, tenemos que hablar. — La cara de ese bastardo era un poema, salió de la sala siguiendo a Leonardo muy a su pesar. Y eso me gustó, que Leo tuviera esa consideración conmigo, pasando sobre su amistad con Kevin.
— Bien linda, aquí tienes, borra todo lo que creas conveniente. — le paso el móvil a Amara y ella sonríe agradecida.
— Gracias. — Amara comenzó a borrar las fotos y reviso que no las hubiera enviado a nadie más.
— Toma, listo.
— ¿Solo eso?, no, él merece un castigo, y ya sé cómo.
Busque las conversaciones que tenía con " sus chicas" y les mande un mensaje haciéndome pasar por Kevin donde le pedía que se hicieran estudios porque tenía sífilis.
Amara me miraba con un destello de admiración, eso me daba mucha risa, pero me sentía bien, sentía como si ella fuera una pequeña hermana a la cual debía defender.
Una vez que me aseguré de que recibieron el mensaje lo borré y las puse en la lista negra, no podrían contactarlo para saber si era una broma o no.
— ¿Ya terminaste? — escucho la voz más que irritada del bastado.
— Sí, aquí tienes, gracias por ser tan comprensivo. — La cara de Kevin está roja como un tomate maduro, bien no me importa.
— Me voy Leo, ¡no creí que nuestra amistad valiera tan poco!
— Sigues siendo mi amigo, solo que estás enojado, serás bienvenido siempre que quieras.
Kevin salió ya con su maleta lista, no nos dirigió ni una palabra, solo se fue, Amara aprovechó para ir a recoger sus cosas, junto con sus amigas, su viaje había terminado, pero antes su móvil sonó, ella lo miraba como si de la misma muerte se tratara.
— Leo...
Antes de decir nada él dio media vuelta y salió de la sala. Es increíble cómo nos conectamos, y la sensación de que lo conociera desde siempre se implanto en mi corazón, esto es algo mágico.
Entonces en la sala solo éramos las dos y ese móvil que parecía que sonaba cada vez más fuerte.
— ¿No vas a contestar?
— Es Alexander, no tengo el valor. — su rostro reflejaba pánico.
— Quizás piensa que puedes hacer alguna locura, contesta o lo haré yo. — quise que pareciera a amenaza, pero sus ojos se iluminaron con suplicas en ellos.
— Por favor. — Yo y mi bocotá. Apenas atendí el grito que surgió del casi me deja sorda.
— ¡MALDICION AMARA, ¿QUE M****A HAS HECHO?! — Ahora entendía porque Amara le temía, el sonido de su voz me hizo temblar, no me gustaría tenerlo en frente en este momento, pero... no lo vería nunca así que tome coraje.
Todos somos valientes tras un teléfono ¿verdad?
— ¡¿Cómo te atreves a llamar y gritar de esa forma, acaso eres un animal enjaulado?!
— ¡¿Quién rayos eres y dónde está mi hermana?! — realmente se notaba que este hombre era una bestia.
— Hasta que no dejes de gritar no te responderé.
— Pero que M****A... — en ese momento corte la llamada, odiaba que me gritara.
— Dios, que haces, ¡ahora nos matará a ambas! — No sé si eran nervios o qué, pero ella comenzó a reír y yo también, parecíamos dos crías, luego de unos cinco minutos más o menos él volvió a llamar.
Aclaré mi garganta y con mi mejor voz dije.
— ¿Diga?
— ¿Quién eres y dónde está mi hermana? — podía imaginar a aquel hombre sin rostro apretar los dientes para contener sus gritos y una sonrisa se extendió por mi rostro.
— Hola señor Scott, soy Florencia, su hermana es mi amiga, ella está bien no se preocupe. — respondí con toda calma.
— No conozco a ninguna de sus amigas que tenga ese nombre, y no necesito que me digas como esta, quiero hablar con ella.
— Está bien, le pasaré el teléfono, solo recuerde que el trabajo de un hermano mayor es cuidar y proteger, no juzgar y criticar.
— Realmente tu confianza para hablarme así es sorprendente. — Si, este hombre realmente se está conteniendo de no dar gritos, me alejé un poco de Amara y continué.
— Escucha, ella está mal, y muy arrepentida necesita de la comprensión de su hermano, no que las juzguen. Es joven, ¿acaso nunca cometiste algún error en tu vida? Ella no tiene amigas verdaderas, eso lo puedo ver, solo te tiene a ti. No lo arruines. — No pude evitar que mi voz salga con un tono de advertencia y la línea se quedó en silencio unos segundos.
—... Pásame con mi hermana... por favor. — Le di el teléfono a Amara haciéndole señas de que todo estaba bien, o eso esperaba decidí dejarla sola.
Caminé por el pasillo y encontré al hombre que se había convertido en mi universo.
— Lamento lo que hizo Kevin, pero debes saber que...
— No importa, la única afectada es Amara, es mejor olvidar todo, y no recordar sucesos que la puedan lastimar.
Para cuando llegó la noche, estábamos completamente solos, en ningún momento del día hablamos de qué tipo de relación teníamos, simplemente dejamos que todo fluyera.
Leonardo:
Esto es lo más maravilloso que eh experimentado en mi vida, ella es todo lo que necesito, nuestro fin de semana pasó de maravilla, estaba realmente feliz, pero debía solucionar algo, no lo podía posponer por más tiempo. ¿Oh sí?
— Buen día cariño. — Ella me miró maravillada, como cada vez que utilizaba esas palabras tan dulces, que reflejaban lo que sentía por ella y que jamás le había dicho a nadie.
— Buen día, sabes... debo volver a mi casa... — comenzó a hablar, pero la detuve.
— No, no lo hagas, quédate, comparte tu vida conmigo, quiero tenerte para siempre a mi lado. — soné desesperado y no me importo, porque ella lo es todo.
— ¿No sería ir demasiado rápido?, digo, ni siquiera sé que somos. — Sus mejillas adquieren un color rosa que invita a querer besarla.
— ¿Que somos? Pensé que estaba claro, somos una pareja, seré tu mejor amigo, tu novio, tu amante, ponme el nombre que tú quieras, pero déjeme estar contigo, por siempre.
— Sabes que eres muy dulce, nunca conocí un hombre que pronunciara palabras tan hermosas. — Se acerca para besarme, y me pierdo en sus largas piernas, mis camisas la hacen ver tan sexy, no resisto y la tomo en mis brazos, bajando mis manos más allá de su cintura, pero me detiene.
— ¿Que sucede?
— Me sigo preguntando si esto es real o si estoy soñando. — dice mientras sus ojos brillan.
— Es real bebé, lo que me recuerda...
— ¿Que?
— Quiero que te quedes aquí unos días, sola, que te hagas cargo de tu nuevo hogar, necesito volver a California, a cancelar el compromiso y traer a mis padres para que te conozcan. — me observa sorprendida y con confusión.
— ¿Y en qué momento decidí mudarme contigo?
— ¿Acaso piensas que te dejaré escapar? Jamás, toda mi vida esperé por ti, no te dejaré ir.
— Eres... olvídalo. ¿No te has puesto a pensar que esto es demasiado loco?, digo, me conoces desde hace unos días, ¿cómo sabes que no desvalijare tu casa y me daré a la fuga?
— Si ese es tu propósito te mandaré ayuda, no quiero que te lastimes moviendo las cosas.
Verla reír realmente me deslumbra, me pierdo en sus gestos. Así que esto es el amor. Quizás pueda permanecer en el paraíso unos días más, antes de enfrentar a todos en California.
Florencia:— ¡Leo! — Mi corazón se acelera de solo ver que es él quien me llama, es impensable lo dependiente que me volvía a él, lo quiero conmigo, lo extraño demasiado.— Hola cariño.— Hola, ¿todo bien? — su voz suena cansada.— Recién estoy saliendo del aeropuerto no te preocupes, solo extrañaba tu voz.— Yo también te extraño... demasiado.— Volveré lo más pronto posible, te llamaré más tarde.— Adiós, cuídate.Esto era muy raro y loco, si mis padres me vieran, ¿qué pensarían de esta locura?, en solo un mes Leo conoce todo de mi al igual que yo sé todo de él, nos embarcamos en esta locura, ahora vivo con él, solo espero que Manuel jamás me encuentre, por más que Leonardo diga que puede protegerme, temo lo que el cuervo nos pueda hacer.— Señorita. — la empleada llama mi atención.— Ya te dije dime Florencia por favor.— De acuerdo Florencia, el señor Alexander Scott está en la sala, desea hablar con usted.— ¿Conmigo?Sé que es el hermano de Amara, me eh mantenido en contacto con
Florencia:Esto no puede ser, como puede ser que el universo conspiré contra mí, la única vez que tuvimos sexo sin protección fue la noche del lago, y Leo me compró la píldora, pero se la di a Amara, pensando en comprar otra para mí, más tarde, algo que nunca hice, y ahora.... este bebé ¿cómo se lo explicare?El timbre del teléfono me saca de mis pensamientos.— ¿Sí?— Amor, ¿cómo estás? — Trato de que mi voz no tiemble, no me atrevería a decirle nada por teléfono.— Bien ¿y tú? ¿Cómo está todo? ¿Cuándo vendrán?— Ya estoy en el aeropuerto, llegaré mañana. — eso quiere decir que sus padres no me quieren conocer.— ¿Llegaras? Vienés ¿solo? Acaso tus padres no...— Eso ya no importa, espérame, mañana a esta hora estaremos juntos.Lo sabía, ellos no me quieren, solo logré traerle problemas al único hombre que he amado en mi vida.Él no se merece esto.Leonardo:— Hola amor.Florencia estaba en el sofá, dormida, me deleite observándola un tiempo, y luego la desperté con un tierno beso, qu
Florencia:— Bien Florencia, Leonardo, está todo perfecto, este bebé está creciendo muy bien, te recetare hierro y ácido fólico, seguirás tomando un comprimido de cada uno a diario, y nos veremos en esta misma fecha el mes que viene.— De acuerdo doctora, adiós. — Salimos de la consulta y podía notar la emoción en su voz cuando habló.— No lo puedo creer, ¡nuestro bebé está formado por completo! ¿Lo viste amor? Tiene sus bracitos, incluso diminutos dedos, es maravilloso, y recién tiene 18 semanas. No puedo esperar a la próxima ecografía. ¿Te imaginabas algo así?Desde que salimos del consultorio no ha parado de hablar de ello y cada una de sus palabras me está matando, trate de mantenerme firme y tratar de que no me perturbara, pero apenas termina de decir eso y estaciona fuera de la casa, bajo corriendo, tratando en vano que no me vea llorar, algo imposible, antes de llegar a la recámara Leo me alcanzó tomándome del brazo.— Amor, ¡¿qué sucede?! ¿Porque lloras? — sus ojos tan puros m
Leonardo:Saco de la habitación a mi madre y ex prometida, lo más rápido que puedo y luego de dejar a ese par de víboras en la sala fui a la cocina y le di indicaciones precisas a Camila.Cuando me dijo que entendió todo volví a la sala, aguantando mis ganas de matarlas.— Te exijo una explicación de inmediato hijo, ¡Que acaba de decir de esa mujer!— Madre, no, ahora no. Charlotte ¿estás bien? Dime ¿te duele algo? — finjo estar lo de lo más preocupado, debe salir todo bien.— No cariño estoy perfectamente. — responde la maldita pelirroja que casi golpea a mi amor.— ¿Estas segura? No quieres que te lleve a ver un doctor.— No amor, no soy una mujer de cristal.— Sí, lo pude ver, como atacaste a Florencia fue realmente algo de temer, por un momento si ella no se hubiera cubierto el vientre su bebé... mejor no decirlo. — No la verdad no quería decirlo y me estaba costando un triunfo no matarla, por tratar de lastimas a mi hermosa hada.— Dilo porque lo escuche dijiste SU bebé, bien, si
El cuervo:— Me preparas todo, quiero que envíes a los mejores pa' Argentina, aquí mi amigo dice que su hermana Diana le dijo que mi Flor está por aquellos lugares.— Enseguida patrón.Mi Florcita hermosa, muero por tenerte en mi cama una vez más y pa'siempre.Florencia:Mi pantalla se ilumina con el número de mi amiga.— Hola, Diana, ¡¿cómo están?!— Malvada, me tienes preocupada, tú y Esteban me matarán de la preocupación un día de estos. —la queja de la colombiana no se hace esperar.— Lo siento, han pasado tantas cosas que no sé cómo no eh perdido la cabeza aún, ¿me perdonas? —le respondo con mi voz más lastimera.— Sí, obvio que sí, ahora dime ¿qué has hecho estos meses? debe ser importante para olvidarte de nosotros. —bien sigue enojada, tan de ella, aun así, la amo.— Con Leonardo compramos un restaurante, era en el que trabajaba antes de conocerlo, ahora somos los propietarios. —respondo llena de emoción.— ¡Que maravilloso! ¿Entonces cantas? Te has de a ver convertido en toda
Leonardo:No, no estaba dispuesto a quedarme con ella y que solo se conformara con ver los lujos que los demás tenían, yo podía darle todo eso y más, salir de la mansión de Alexander, escuchando como me llamaba a gritos fue lo más doloroso que he hecho, pero debo mostrarle a Florencia de que puedo protegerla de su pasado y para eso necesito dinero.Pero al final del día, nada cambio, todo un día perdido, golpeando puerta tras puerta de los que una vez considere mis amigos, todos y cada uno me dieron la espalda.Dicen que una persona que deja a su familia y rompe un compromiso de tantos años por una mujer insignificante, no es nada confiable, y es ahí cuando me doy cuenta de que ellos no saben una mierda del amor.Nadie podría entenderme y me sentía tocando fondo.— Ahogar los problemas en una copa no es buena idea.— Alexander, ¿qué haces aquí? — Hace media hora que decidí entrar en este bar, y tomarme un tiempo para pensar... y beber solo, pero para mi sorpresa Alexander Scott está
Leonardo:Me estoy volviendo loco, a Florencia la está revisando el doctor de Alexander, mientras volvía a la mansión la familia de Camila se comunicó conmigo, para informarme que alguien la había atacado por no querer dar el paradero de Flor, estoy seguro de que es el narcotraficante que está obsesionado con mi hada.— No debe preocuparse por nada, fue algo emocional, lo que provocó el desmayo de su esposa, solo necesita descansar un poco.— Bien, gracias doctor.— Permítame acompañarlo doctor.— Gracias, Amara, hasta luego señor Leonardo, señor Alexander. — Con un estrechamiento de mano el doctor se retiró de la habitación, mientras yo veía a mi esposa en la cama aún dormida.— Tranquilo Leonardo, ellas están bien, lo dijo el doctor. — trata de tranquilizarme Alex, pero es imposible, no hasta que vea sus hermosos ojos abierto una vez más.— Sí, lo sé, pero no entiendo ¿qué fue lo que pasó? ¿porque estaba empacando?— Deberás esperar a que despierte para saber.— Mi padre, ¿a que fu
Florencia:Termino de cantar y escucho los aplausos y acto seguido Bill y Amara me abrazan, pero la alegría del momento se opaca cuando veo a Leonardo salir del salón y detrás de él ella, la bruja de Charlotte, su ex.No puedo solo quedarme aquí, ¿verdad? ¡¿Que hacía esa mujer persiguiendo a mi novio?!— Flor. — Alexander trata de interponerse en mi camino, pero lo evito con facilidad y es que me está llevando el mismo diablo.— Ahora no Alex. — Paso de largo, casi sin mirarlo para encontrarme a mi novio y su ex demasiado cerca, entonces me detengo al escucharla.— Cariño, no seas tan pervertido, claro que podrás hacerme eso y más.No doy crédito a mis ojos, ¡ellos no pueden estar besándose!— Leonardo. — fue lo único que pude decir antes de que él comenzara a balbucear idioteces.Salí de ese lugar, casi corriendo, mi intención era irme a casa de Amara, pero una mano sostuvo mi brazo y me llevo de regreso al salón y de allí hacia uno de los pequeños balcones del lugar.— ¿Qué haces A