Florencia:
— ¡Leo! — Mi corazón se acelera de solo ver que es él quien me llama, es impensable lo dependiente que me volvía a él, lo quiero conmigo, lo extraño demasiado.
— Hola cariño.
— Hola, ¿todo bien? — su voz suena cansada.
— Recién estoy saliendo del aeropuerto no te preocupes, solo extrañaba tu voz.
— Yo también te extraño... demasiado.
— Volveré lo más pronto posible, te llamaré más tarde.
— Adiós, cuídate.
Esto era muy raro y loco, si mis padres me vieran, ¿qué pensarían de esta locura?, en solo un mes Leo conoce todo de mi al igual que yo sé todo de él, nos embarcamos en esta locura, ahora vivo con él, solo espero que Manuel jamás me encuentre, por más que Leonardo diga que puede protegerme, temo lo que el cuervo nos pueda hacer.
— Señorita. — la empleada llama mi atención.
— Ya te dije dime Florencia por favor.
— De acuerdo Florencia, el señor Alexander Scott está en la sala, desea hablar con usted.
— ¿Conmigo?
Sé que es el hermano de Amara, me eh mantenido en contacto con ella a diario, su compromiso sigue en pie, Bill realmente la ama y la entiende, pero no mencionó nada con respecto a que su hermano quisiera hablar conmigo.
De acuerdo, quizás venía a hablar con Leo. Voy a ver que desea.
— Hola señor Scott.
Saludo al hombre que está parado mirando por el ventanal, perdido en esa hermosa postal de cumbres blancas y Lagos azules, amo este lugar, voltea y me mira de arriba abajo, me siento un poco incomoda con su mirada sobre mí, es demasiado serio, es alto, rubio, bastante musculoso, de ojos azules como Amara, pero lo que más me inquieta es que tiene una mirada fría como de acero, la cual está dirigida a mi persona, camina lento hacia mí, deteniéndose a unos pocos centímetros y a pesar de que soy bastante alta, me saca unos centímetros de ventaja.
— Conque tú eres Florencia. — su voz suena fría, y es cuando recuerdo como le grite por teléfono.
— Conque usted es Alexander, ¿para qué me buscaba? — Digo imitando su voz, me choca el tono en el que me habla.
— ¿No me ofreces que tomé asiento, o un café, esa es tu hospitalidad? — malditos ricos y sus reglas de etiqueta, en este país conocí el mate, una bebida que es una infusión de yerba, pero no le penaba ofrecer tal cosa al idiota pretencioso parado en frente mío.
— Con quien ni siquiera saluda como es debido, sí. — Sonríe y ladea su cabeza, como no creyendo lo que le dije. ¿Pero que se cree?
— Hola Florencia, soy Alexander. — replica con una sonrisa forzada, por lo que lo imito, Dios padecemos niños.
— Bien, ahora tomé asiento por favor, señor Alexander, ¿desea beber algo, café quizás? — Se sienta y sigue con su mirada clavada en mí. De acuerdo está consiguiendo hacerme sentir incómoda.
— Un café estaría bien.
— Camila, podrías traer dos cafés, por favor.
— Si Florencia, enseguida. — El rubio mira a Camy, y cuando se retira me habla de una forma muy seria.
— ¿Dejas que tus empleados te tuteen? — habla con reprobación.
— No veo el problema, ¿no somos todos humanos? Además, no son mis empleados son de Leo.
— Leonardo... ¿dónde está? hace tiempo que no lo veo.
— Viajo a arreglar unos temas en California.
— Entonces es verdad que va a cancelar el compromiso con Adriana por... ti.
Camila llega con los cafés aprovecho para guardar silencio, Leo me habló de Alexander, no son enemigos, pero tampoco amigos, no sé a qué se deba su visita ni cuáles son sus intenciones, pero parece que lo único que quiere es molestarme.
— Disculpa, no recuerdo cuál es el motivo de tu visita. — respondo luego de unos minutos en silencio, solo mirándonos.
— Eres astuta para conseguir información, mi hermana habla mucho de ti, y tenía curiosidad de conocer a la única persona que ha osado a decirme como debo comportarme, más aún que debo hacer con mi hermana.
— Si tu interés es porque crees que puedo ser una mala influencia...
— Lo eres, una mujer que es amiga de los hijos del narcotraficante más famoso de Colombia, y ex novia de Manuel Villa Nueva, un narcotraficante asesino como pocos, solo vine a decirte que no te quiero cerca de mi hermana, no la llames más, si no quieres que...
Mientras hablaba, me sentía dolida por sus palabras, ya que tenía razón, no era buena compañía para Amara, ella podría ser herida por el solo hecho de ser mi amiga. Pero cuando comenzó a amenazarme un interruptor se prendió en mi interior, ya no permitiría que nadie me asustará, ya tenía de sobra con el cuervo.
— ¡¿Que?! ¡Que puedes hacerme tú que ya no hayan intentado hacer otros! Estas hablando con alguien que no le teme ni a la muerte, así que cuida tus palabras. — Mis palabras lo tomaron por sorpresa, pero se recuperó rápidamente.
— Sin lugar a duda eres valiente, muy estúpida, o no sabes quién soy. — su manera sínica de hablar me enfurece aún más.
— Sé que eres el hermano de Amara, es eso lo único que me importa y por lo cual no te eh echado... aún. Si posees riqueza, poder o estatus me tiene sin cuidado, entiendo tu preocupación, pero si Amara sigue llamando, la seguiré atendiendo, no debes preocuparte por nada, no creo que volveré a verla, y mucho menos la pondría en peligro. Después de todo, yo la considero mi amiga, créeme jamás dejaría que algo le pase a mis amigos, ellos son un tesoro invaluable para mí. ¿Pero que podría saber de amistad alguien como tú? — Sus ojos se oscurecen un poco, e incluso creo ver que la vena de su cuello crece de tamaño, parece que está enojado, y no me importa.
— Si no te interesa saber el poder que poseo ni el alcance del mismo, ¿porque ayudaste a Amara a darle una lección al maldito de Kevin? ¿Y porque la engatusaste para que sea tu amiga? No me gusta deberle nada a nadie, di tu precio y deja de engañar a mi hermana. — ¡Ha! Es más idiota de lo que pensaba.
— Tú no me debes nada, no hice nada por ti, lo que hice por Amara fue por pura empatía, cosa que quizás tampoco conozcas, odio que engañen a las mujeres, en especial cuando son tan inocentes como ella. — Me levanté para pedirle que se fuera, no me agrada nada de él, pero lo hice demasiado rápido y terminé tambaleándome producto de un mareo.
Él se apresuró a sostenerme.
— ¡oye, estás bien!
Quería decirle que sí, pero solo conseguí mirarlo mientras todo se oscurecía.
Leonardo:
— ¡Tú no puedes hacerme esto! Te entregué 8 años de mi vida, ¡SERE LA BURLA DE TODOS! — Charlotte gritaba como siempre.
— Tranquila Charlotte, Leonardo solo está confundido, él no cancelara nada, déjanos hablar a solas, ve a descansar querida.
Esto estaba fuera de control, sabía que haría un escándalo, pero que mis padres la apoyen a ella y no a mí era un golpe bajo, además hace un mes que vive en mi casa y ellos no me contaron nada.
— Mamá, escucha...
— Nada Leo, no sé ni quiero saber nada con esa mujer, tú tienes un compromiso y debes cumplirlo ¡te educamos para ser un hombre!
— Debo recordarte que ese compromiso lo organizaron ustedes, yo solo me mantuve al margen, pero ahora, es tiempo de terminar todo, ¡ya encontré a la única persona con la que quiero estar!
— ¡Suficiente! Como cabeza de familia di mi palabra tú te casaras con Adriana, y no quiero escuchar nada más, es eso o te olvidas que tienes familia, estarás solo, nunca podrás volver a esta casa o a nuestras empresas.
— Conque es así, bien... adiós, yo ya elegí con quien quiero estar el resto de mi vida, por fin la encontré sé que es la indicada y no la dejare por nada ni nadie.
Salí de la que hasta ese entonces fue mi casa mi hogar, sabiendo que mis padres hablaban enserio, pero yo también lo hacía. Nada jamás me separará de Florencia, ni Dios podrá hacerlo.
Florencia:
¡DIOS, ¿qué voy a hacer, que haré?! Como enfrentare esto.
— ¿Estas bien? — El rubio sigue haciendo la misma pregunta, una y otra vez, desde que salimos del hospital.
— Si. No tienes nada de qué preocuparte. — mi voz sale en un susurro, tengo miedo y mucho.
— ¿A no? Entonces dime porque llevas dos horas llorando. ¿Qué fue lo que te dijo el médico? ¿Acaso es algo grave?
— Nada que sea de tu incumbencia. — Maldición, no quiero sonar tan brusca pero mis nervios están a punto de colapsar.
— Bien, entonces me iré, pero... Amara me dijo que ese día le distes la píldora del día después, eso realmente te lo agradezco, ella cometió un error, pero no quedaron consecuencias mayores por ello. Por lo tanto, sea por ella o no, te debo un favor, si algún día necesitas que lo pague, llámame, toma mi tarjeta, Que estés bien y saludos a Leonardo de mi parte.
Alexander se va, así como llegó, sin dejar nada en claro, pero ahora tengo cosas mayores de las que preocuparme, ¿qué m****a le diré a Leo?
Florencia:Esto no puede ser, como puede ser que el universo conspiré contra mí, la única vez que tuvimos sexo sin protección fue la noche del lago, y Leo me compró la píldora, pero se la di a Amara, pensando en comprar otra para mí, más tarde, algo que nunca hice, y ahora.... este bebé ¿cómo se lo explicare?El timbre del teléfono me saca de mis pensamientos.— ¿Sí?— Amor, ¿cómo estás? — Trato de que mi voz no tiemble, no me atrevería a decirle nada por teléfono.— Bien ¿y tú? ¿Cómo está todo? ¿Cuándo vendrán?— Ya estoy en el aeropuerto, llegaré mañana. — eso quiere decir que sus padres no me quieren conocer.— ¿Llegaras? Vienés ¿solo? Acaso tus padres no...— Eso ya no importa, espérame, mañana a esta hora estaremos juntos.Lo sabía, ellos no me quieren, solo logré traerle problemas al único hombre que he amado en mi vida.Él no se merece esto.Leonardo:— Hola amor.Florencia estaba en el sofá, dormida, me deleite observándola un tiempo, y luego la desperté con un tierno beso, qu
Florencia:— Bien Florencia, Leonardo, está todo perfecto, este bebé está creciendo muy bien, te recetare hierro y ácido fólico, seguirás tomando un comprimido de cada uno a diario, y nos veremos en esta misma fecha el mes que viene.— De acuerdo doctora, adiós. — Salimos de la consulta y podía notar la emoción en su voz cuando habló.— No lo puedo creer, ¡nuestro bebé está formado por completo! ¿Lo viste amor? Tiene sus bracitos, incluso diminutos dedos, es maravilloso, y recién tiene 18 semanas. No puedo esperar a la próxima ecografía. ¿Te imaginabas algo así?Desde que salimos del consultorio no ha parado de hablar de ello y cada una de sus palabras me está matando, trate de mantenerme firme y tratar de que no me perturbara, pero apenas termina de decir eso y estaciona fuera de la casa, bajo corriendo, tratando en vano que no me vea llorar, algo imposible, antes de llegar a la recámara Leo me alcanzó tomándome del brazo.— Amor, ¡¿qué sucede?! ¿Porque lloras? — sus ojos tan puros m
Leonardo:Saco de la habitación a mi madre y ex prometida, lo más rápido que puedo y luego de dejar a ese par de víboras en la sala fui a la cocina y le di indicaciones precisas a Camila.Cuando me dijo que entendió todo volví a la sala, aguantando mis ganas de matarlas.— Te exijo una explicación de inmediato hijo, ¡Que acaba de decir de esa mujer!— Madre, no, ahora no. Charlotte ¿estás bien? Dime ¿te duele algo? — finjo estar lo de lo más preocupado, debe salir todo bien.— No cariño estoy perfectamente. — responde la maldita pelirroja que casi golpea a mi amor.— ¿Estas segura? No quieres que te lleve a ver un doctor.— No amor, no soy una mujer de cristal.— Sí, lo pude ver, como atacaste a Florencia fue realmente algo de temer, por un momento si ella no se hubiera cubierto el vientre su bebé... mejor no decirlo. — No la verdad no quería decirlo y me estaba costando un triunfo no matarla, por tratar de lastimas a mi hermosa hada.— Dilo porque lo escuche dijiste SU bebé, bien, si
El cuervo:— Me preparas todo, quiero que envíes a los mejores pa' Argentina, aquí mi amigo dice que su hermana Diana le dijo que mi Flor está por aquellos lugares.— Enseguida patrón.Mi Florcita hermosa, muero por tenerte en mi cama una vez más y pa'siempre.Florencia:Mi pantalla se ilumina con el número de mi amiga.— Hola, Diana, ¡¿cómo están?!— Malvada, me tienes preocupada, tú y Esteban me matarán de la preocupación un día de estos. —la queja de la colombiana no se hace esperar.— Lo siento, han pasado tantas cosas que no sé cómo no eh perdido la cabeza aún, ¿me perdonas? —le respondo con mi voz más lastimera.— Sí, obvio que sí, ahora dime ¿qué has hecho estos meses? debe ser importante para olvidarte de nosotros. —bien sigue enojada, tan de ella, aun así, la amo.— Con Leonardo compramos un restaurante, era en el que trabajaba antes de conocerlo, ahora somos los propietarios. —respondo llena de emoción.— ¡Que maravilloso! ¿Entonces cantas? Te has de a ver convertido en toda
Leonardo:No, no estaba dispuesto a quedarme con ella y que solo se conformara con ver los lujos que los demás tenían, yo podía darle todo eso y más, salir de la mansión de Alexander, escuchando como me llamaba a gritos fue lo más doloroso que he hecho, pero debo mostrarle a Florencia de que puedo protegerla de su pasado y para eso necesito dinero.Pero al final del día, nada cambio, todo un día perdido, golpeando puerta tras puerta de los que una vez considere mis amigos, todos y cada uno me dieron la espalda.Dicen que una persona que deja a su familia y rompe un compromiso de tantos años por una mujer insignificante, no es nada confiable, y es ahí cuando me doy cuenta de que ellos no saben una mierda del amor.Nadie podría entenderme y me sentía tocando fondo.— Ahogar los problemas en una copa no es buena idea.— Alexander, ¿qué haces aquí? — Hace media hora que decidí entrar en este bar, y tomarme un tiempo para pensar... y beber solo, pero para mi sorpresa Alexander Scott está
Leonardo:Me estoy volviendo loco, a Florencia la está revisando el doctor de Alexander, mientras volvía a la mansión la familia de Camila se comunicó conmigo, para informarme que alguien la había atacado por no querer dar el paradero de Flor, estoy seguro de que es el narcotraficante que está obsesionado con mi hada.— No debe preocuparse por nada, fue algo emocional, lo que provocó el desmayo de su esposa, solo necesita descansar un poco.— Bien, gracias doctor.— Permítame acompañarlo doctor.— Gracias, Amara, hasta luego señor Leonardo, señor Alexander. — Con un estrechamiento de mano el doctor se retiró de la habitación, mientras yo veía a mi esposa en la cama aún dormida.— Tranquilo Leonardo, ellas están bien, lo dijo el doctor. — trata de tranquilizarme Alex, pero es imposible, no hasta que vea sus hermosos ojos abierto una vez más.— Sí, lo sé, pero no entiendo ¿qué fue lo que pasó? ¿porque estaba empacando?— Deberás esperar a que despierte para saber.— Mi padre, ¿a que fu
Florencia:Termino de cantar y escucho los aplausos y acto seguido Bill y Amara me abrazan, pero la alegría del momento se opaca cuando veo a Leonardo salir del salón y detrás de él ella, la bruja de Charlotte, su ex.No puedo solo quedarme aquí, ¿verdad? ¡¿Que hacía esa mujer persiguiendo a mi novio?!— Flor. — Alexander trata de interponerse en mi camino, pero lo evito con facilidad y es que me está llevando el mismo diablo.— Ahora no Alex. — Paso de largo, casi sin mirarlo para encontrarme a mi novio y su ex demasiado cerca, entonces me detengo al escucharla.— Cariño, no seas tan pervertido, claro que podrás hacerme eso y más.No doy crédito a mis ojos, ¡ellos no pueden estar besándose!— Leonardo. — fue lo único que pude decir antes de que él comenzara a balbucear idioteces.Salí de ese lugar, casi corriendo, mi intención era irme a casa de Amara, pero una mano sostuvo mi brazo y me llevo de regreso al salón y de allí hacia uno de los pequeños balcones del lugar.— ¿Qué haces A
Leonardo:Me desperté en el hospital, mientras el doctor me revisaba, después de contestar sus preguntas y ver sus gestos sé que algo no está bien.— Florencia, cariño, necesito que llames a Alexander. — le digo lo más calmo posible.— ¿Para qué?, no te voy a dejarte lo llamaré luego.— Ve ahora, ¿sí?, no quiero que estés sola, estás embarazada, solo así estaré tranquilo.— Ok. ¿Doctor podría decirme que le pasa?— Flor, después hablas con él, ¡¿ahora podrías hacer lo que te pido?!— De acuerdo, pero no te alteres.Flor sale de la habitación y me siento como la mierda por gritarle, ¿porque no puedo controlarme?— ¿Este tipo de situaciones pasa seguido señor Roth? es decir el cambio de humor.— Si doctor y créame no soy una persona que grita, y menos a mi prometida, es solo que exploto por momentos, el dolor de cabeza es insoportable, creo que es por eso.— Bien, deberá permanecer ingresado unos días, para hacer un chequeo completo.— Doctor, todo lo referente a mi salud, solo me lo di