—Señor, realmente sé que estaba equivocado y me disculpo por mi comportamiento irracional hacia usted hace un momento...Sólo te pido que salves a mi abuelo, por favor, ¡te lo suplico! Todo esto es mi responsabilidad, todo fue culpa mía. No importa si puedes curarlo o no, nunca te culparé.
David apretó los dientes y se arrodilló ante Christian con un sonido sordo.
—¿Qué estás haciendo?
—Levántate rápido.
Christian se sorprendió y rápidamente extendió la mano para ayudar a David.
—No me levantaré si no aceptas.—David insistió.
—Bueno...—
Christian estaba muy indeciso. Quería aceptar pero no tenía confianza en sí mismo.
No podía rechazar al otro ya que su actitud era sincera y además demostraba una gran finalidad hacia su abuelo.
Realmente no quería negarse.
—De acuerdo, lo intentaré con todas mis fuerzas...
Christian suspiró y aceptó a regañadientes.
—Gracias, muchas gracias...—
David estaba emocionado y agradeció varias veces antes de levantarse.
Luego, Christian volvió al parque con Da