—Oh, él es Christian, amigo del señor Bravo...— explicó Víctor brevemente.
—¿Acaso es médico?— frunció el ceño el Dr. Domínguez. Cada vez que la esposa de Víctor se enfermaba, él intervenía y recibía una generosa compensación monetaria de Víctor.
Si Christian también era médico y se estaba entrometiendo ahora, ¿no estaría robándole su negocio?
—Bueno...— Víctor tampoco estaba seguro de si Christian era médico o no, y lanzó una mirada inquisitiva a Christian de forma instintiva.
—No soy médico—negó con la cabeza Christian.
—¿No es médico?— se sorprendieron Víctor y sus hijos.
Especialmente Víctor, quien ya había sospechado que las habilidades médicas de Christian eran limitadas. Ahora, al enterarse de que Christian ni siquiera era médico, comenzó a cuestionar aún más sus habilidades.
El Dr. Domínguez se rio con indignación. —Víctor, este hombre ni siquiera es médico, ¿te atreves a dejar que trate al paciente a la ligera? ¿Quién asumirá las consecuencias si algo sale mal?
—Yo...— Víctor