—Yael, he visto a Christian una vez antes, y no parece ser una persona despiadada. ¡Arrodíllate y discúlpate con él lo antes posible!
—Mientras tu actitud sea sincera, alguien como él, probablemente no se rebajaría a tu nivel...
El Presidente Guzmán fingió tranquilidad, pero en su interior aún se sentía preocupado.
—De acuerdo.
Después de colgar el teléfono, Yael temblaba en las piernas, ya no mostraba su anterior arrogancia y confianza.
Al presenciar esta escena, las personas a su alrededor estaban muy desconcertadas.
—Es extraño, ¿por qué Yael no está dando la orden de atacar?
—Probablemente está llamando a alguna agencia policial para evitar problemas innecesarios después de causarle daño a ese chico.
—¡Es posible!
Todos lucían perplejos y llenos de dudas, especulando que Yael probablemente estaba informando a la policía u otras agencias para evitar complicaciones después de lastimar a Christian.
Sin embargo, Yael no era tan optimista como pensaban los demás. Su rostro estaba pálido